Aventuras y desventuras de una Bióloga en La Paz

Pues sí, esto es lo que parece mi estancia a nivel científico, una serie de catastróficas desdichas... Como ya sabéis, costó bastante arrancar con el experimento, tuvimos problemas con la obtención de la microalga, no teníamos pienso, hubo modificaciones y cambios en los planteamientos, hasta que finalmente, hace un par de semanas, empecé a administrar a mis peces las dietas experimentales. Ya iba justa de tiempo, pero llegaba para terminar el tratamiento y el reto antes de irme. Pues bien, cuando ya todo parecía encauzado, cuando había cogido ritmo y rumbo, cuando tenía los objetivos claros, todo se va al garete. El sábado hubo un corte de luz en el CIB y los peces se quedaron sin oxígeno, al parecer durante varias horas., y el lunes cuando llegué estaban casi todos muertos. No os podéis imaginar cómo me quedé. Casi me echo a llorar al ver lo que había pasado, aguanté un rato, hasta que mi jefa me respondió al mail que le mandé para informarle, y a partir de ahí me pasé el resto de la mañana con los ojos llorosos y llorando a ratos.

¿Y ahora qué? Os preguntaréis. Pues no hay muchas opciones, de hecho, no hay ninguna. No hay posibilidades de conseguir más peces, así que no puedo hacer el ensayo como lo tenía planteado, ni de ninguna otra forma. Hoy he tenido reunión con Martha y el jefe, y no ha habido tampoco muchas propuestas o sugerencias, solo las que previamente había hecho mi jefa. Básicamente, mi trabajo ahora se reduce a seguir con lo que tenía de genes, a recolectar un par de microalgas para llevármelas, y a aprender unas técnicas utilizando los pocos peces que han quedado. Y el seminario que tenía que dar con mi experimento y mis resultados, ahora irá enfocado a mi trabajo anterior, ya que de aquí no va a salir nada.

Os podéis imaginar el golpe que esto supone para mí. A pesar de los problemas, las dificultades y todos los vaivenes que he tenido en el CIB, tanto a nivel de trabajo como personal, había conseguido encauzar las cosas y animarme bastante con el trabajo que tenía por delante. Ayer se me cayó el mundo encima. Mi jefa se portó de maravilla, diciéndome que no me agobiara, que estuviera tranquila, que no había podido ni podía hacer más. A pesar de todo, siento que esta estancia, al igual que me ocurrió con la de Italia, va a resultar un fracaso científicamente hablando, y me da rabia, porque al contrario de lo que algunos podáis pensar, no vengo aquí a pasearme. Con desmotivación y todo he venido a hacer mi trabajo, y si no me importara o me resbalara todo no me habría afectado lo que ha pasado.


Al margen del lamentable suceso, estos días han seguido en la línea de los anteriores. Me va muy bien con Ale y Jorge, hemos seguido haciendo cosas juntos, casi sin parar, aunque algún día nos tomamos de descanso, jeje. Este fin de semana viene una amiga de Ale de Monterrey, y hemos pensado alquilar un coche para irnos a Cabo Pulmo, que se acerca la fecha de mi vuelta y veo que me quedo sin ir. Espero que salga... No he vuelto a bucear, aunque creo que las últimas inmersiones no os las conté, porque fueron justo el finde de antes del huracán. Quiero ir una o dos veces más, pero ya no me quedan muchos fines de semana, a ver cómo me organizo.

Como acontecimiento destacable, el martes de la semana pasada los mexicanos celebraron el día de la independencia de España. Salí con Ale y Jorge a cenar en los puestos callejeros y a ver el ambiente. La verdad es que fue entretenido, había un montón de gente, puestos de comida, banda de música, luces...

Y ya no tengo mucho más que contar... pero sí me voy a quejar porque algunos de vosotros me tenéis abandonaica desde hace un montón, y no voy a decir nombres... ¡anda que ya os vale!

Pues eso, que os quiero un montón y os echo de menos. No lloréis por mi mala suerte que ya he llorado yo bastante.... muchos besos a todos.